No me cuentes tu vida: los errores del «SINCERICIDIO»

Estamos OBSESIONADOS con querer saber, querer contar… Nos aturde la idea de «no saber quién o qué» ha hecho o ha sido la persona que tenemos en frente. Y no caemos en la propia trampa que no estamos poniendo: «HA HECHO» o » HA SIDO», P A S A D O. No nos damos cuenta